No te preocupes por mí. Estoy bien. Estoy muy bien.
Casi mejor que nunca. He aprendido muchas cosas y todo gracias a ti. Todavía tengo esas zapatillas de danza viejas por las que preguntas. Me traen buenos recuerdos. Tantas danzas bailadas sin descanso, tantos calcetines desgastados, tantas veces que se han quedado olvidadas en un rincón gracias a mi desvariada cabeza...
Y ahí siguen, recordándome que cuanto más cansada esté, más ganas tengo de bailar y sentir la música por mis venas como una descarga eléctrica...
No hay comentarios:
Publicar un comentario